jueves, 10 de marzo de 2011

Primeros Auxilios

Pulso
Se entiende por pulso como la expansión rítmica de una arteria, producida por el paso de la sangre bombeada por el corazón.
Con cada contracción, el ventrículo izquierdo expulsa un volumen de sangre hacia la aorta y el árbol arterial. La onda de presión se propaga rápidamente por el sistema arterial, percibiéndose como el pulso arterial. Aunque la onda de presión viaje con rapidez – mucho más deprisa que la misma sangre –, el retraso palpable entre la contracción del ventrículo y los pulsos periféricos hace que los pulsos tomados en los miembros inferiores y superiores no ayuden a cronometrar las fases del ciclo cardiaco.
Lugares de toma del pulso
El pulso arterial se puede palpar en distintas partes del cuerpo. Los más buscados son los siguientes:
  • pulso carotideo. Se busca en el recorrido de las arterias carótidas, medial al borde anterior del músculo esternocleidomastoideo. En las personas mayores no conviene presionar mucho sobre la arteria, ni masajearla, por el riesgo que pueda desprenderse una placa de ateroma.
  • pulso axilar. Se palpa profundo en la fosa de la axila, por detrás del borde posterior del músculo pectoral mayor.
  • pulso braquial. Se palpa sobre la cara anterior del pliegue el codo, hacia medial. Se conoce también como pulso humeral.
  • pulso radial. Se palpa en la cara anterior y lateral de las muñecas, entre el tendón del músculo flexor radial del carpo y la apófisis estiloides del radio.
  • pulso femoral. Se palpa bajo el pliegue inguinal, hacia medial.
  • pulso poplíteo. Se palpa en la cara posterior de las rodillas, ya sea estando el paciente en decúbito dorsal o prono. Puede convenir efectuar una palpación bimanual.
  • pulso pedio. Se palpa en el dorso de los pies, lateral al tendón extensor del ortejo mayor. Una palpación transversal a la dirección de la arteria, con dos o tres dedos, puede facilitar ubicar el pulso
  • pulso tibial posterior Se palpa detrás de los maléolos internos de cada tobillo.
En la práctica clínica, el pulso radial es el que más se palpa para identificar las características del pulso. En algunos casos, especialmente si la presión arterial está baja, se recurre a buscar el latido en otros pulsos, como el carotideo o el femoral

1)      Características anatómicas

En el individuo normal las arterias son lisas, blandas y de recorrido rectilíneo (flujo laminar). Sus bordes no deben percibirse, por lo que los limites arteriales solo se deducen de sus pulsaciones.

 Si los bordes son identificables con facilidad como una cuerda, esto significa que el grosor de la pared, o al menos su dureza, está aumentando por cambios de carácter arterioesclerótico. Si las paredes se encuentran rugosas, con placas o anillos (“en rosario”), pueden existir ateromas calcificados o simplemente una infiltración calcárea de la capa muscular media.

2)      Frecuencia

La frecuencia normal de las pulsaciones se basa en el rango de la descarga fisiológica del nódulo sinusal, establecida por convención entre 60-100/minuto para el adulto, entre 80-120/minuto para los niños y entre 100-150/minuto para el neonato.

Por debajo de los niveles se le considera bradifigmia y taquifigmia cuando esta es por encima de los límites máximos; estos términos se corresponden con los de bradicardia y taquicardia, respectivamente, de la frecuencia cardiaca central auscultada.

Con solo adoptar la posición erecta, la frecuencia cardiaca se incrementa en un 10 a 15% con respecto a la observada en decúbito dorsal. Un porcentaje de aumento superior se observa en los periodos digestivos, en la obesidad y el embarazo. Durante el sueño y el reposo prolongado disminuye francamente.

Causas de Taquifigmia y Bradfigmia

Taquifigmia:

·         Infusiones (café, chocolate, té)
·         Cigarrillo
·         Fármacos de acción adrenérgica
·         Fiebre
·         Hipertiroidismo
·         Miocarditis reumática activa
·         Ejercicio muscular
·         Intoxicación digitalica
·         Cor pulmonar

Bradifigmia:

·         Deportistas disciplinados
·         Hipotiroidismo
·         Síndrome de hipertensión endocraneana
·         Ictericias obstructivas
·         Personas que se encuentran en ayunas y ambientes mal ventilados
·         Fármacos betabloqueadores
·         Enfermedad del nódulo sinusal



* Pulso venoso yugular
La presión venosa sistémica es mucho más baja que la arterial. Aunque la presión venosa depende, en última instancia, de la contracción del ventrículo izquierdo, gran parte de su fuerza se disipa con el paso de la sangre por el árbol arterial y el lecho capilar. Las paredes de las venas contienen menos musculo liso que las paredes arteriales, lo que disminuye el retorno venoso y hace que las venas sean más distensibles.
Otros determinantes esenciales de la presión venosa son el volumen sanguíneo y la capacidad de las cavidades derechas del corazón para expulsar la sangre hacia el sistema arterial pulmonar. Las cardiopatías pueden alterar estas variables y producir anomalías en la presión venosa central. Así, la presión venosa disminuye cuando se reduce significativamente el gasto o el volumen de sangre del ventrículo izquierdo; aumenta en la insuficiencia cardiaca derecha o cuando la mayor presión del saco pericárdico impide el retorno de la sangre a la aurícula derecha.
Estos cambios en la presión venosa se reflejan en la altura de la columna de sangre venosa de las venas yugulares internas, que se conoce como presión venosa yugular o PVY.
La presión de las venas yugulares refleja la presión en la aurícula derecha y ofrece al clínico un indicador esencial de la función cardiaca y de la hemodinámica de las cavidades derechas. El examen de la presión venosa yugular constituye una pericia clínica fundamental, pero difícil. La presión venosa yugular se estima mejor en la vena yugular interna, generalmente del lado derecho, puesto que la vena yugular interna derecha posee una comunicación anatómica más directa con la aurícula derecha.
La venas yugulares internas se sitúan en la profundidad de los músculos esternocleidomastoideos del cuello y no se ven directamente, por lo que el clínico debe aprender a identificar las pulsaciones de la vena yugular interna que se transmiten a la superficie del cuello y aprender a separar con cuidado estas pulsaciones venosas de las pulsaciones de la arteria carótida. Si no se reconocen las pulsaciones de la vena yugular interna, se pueden utilizar las de la vena yugular externa, aunque resultan menos fiables.
Pasos para evaluar la presión venosa yugular (PVY)
·         El paciente debe estar cómodo. Eleve ligeramente la cabeza sobre una almohada para relajar los músculos esternocleidomastoideos.
·         Eleve la cabecera de la cama o de la camilla hasta unos 30º. Gire la cabeza del paciente hacia el lado contrario del que esté inspeccionando.
·         Con una iluminación tangencial examine los dos lados del cuello. Identifique la vena yugular externa de cada lado y luego busque las pulsaciones de la vena yugular interna.
·         En caso de necesidad, levante o baje la cabecera de la cama hasta que vea el punto de oscilación o menisco de las pulsaciones de la vena yugular interna en la mitad inferior del cuello.
·         Céntrese en la vena yugular interna. Busque pulsaciones en la escotadura supra esternal, entre las inserciones del musculo esternocleidomastoideo en el esternón y en la clavícula, o justo detrás de esté musculo.
·         Identifique el punto más elevado de pulsación de la vena yugular interna derecha. Extienda horizontalmente un objeto rectangular largo o una tarjeta a partir de este punto y coloque verticalmente una regla centimetrica desde el ángulo esternal, de manera que tracen un ángulo perpendicular exacto entre ellas. Mida la distancia vertical en centímetros sobre el ángulo esternal, en el punto de intersección del objeto horizontal con la regla. Esta distancia sobre el ángulo esternal o la aurícula derecha, medida en centímetros, es la presión venosa yugular.

Pulsaciones yugulares internas
Pulsaciones carótidas
·         Rara vez palpables
·         Palpable
·         Suaves, rápidas, de calidad ondulante, generalmente con dos elevaciones y dos valles por cada latido cardiaco.
·         Impulso más vigoroso con un solo componente externo.
·         Las pulsaciones desaparecen presionando suavemente sobre la o las venas, justo encima del extremo esternal de la clavícula.
·         Las pulsaciones no se eliminan con este tipo de presión.
·         El nivel de las pulsaciones cambia con la postura, descendiendo a medida que el paciente se va irguiendo.
·         El nivel de las pulsaciones no cambia con la postura.
·         El nivel de las pulsaciones suele descender con la inspiración.
·         El nivel de las pulsaciones no se modifica con la inspiración.

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